Un fin

Siempre creí que Al Gore no debió ganar el Premio Nobel de la Paz en el 2007* cuando era miembro activo de la política estadounidense. Personalmente, no creía que los presidentes y demás políticos del siglo XXI debieran ganar premios Nobel de la Paz porque, como sus votantes, lo mínimo que esperaría es que hicieran el bien. Y por lo tanto no entendía porque había que premiarles que hicieran lo mínimo que esperábamos de ellos. Después de todo, con gran poder viene gran responsabilidad.

Con base en eso, solía contrastar sus acciones y espacios de poder a aquellos de los que habían disponido Lech Walesa o Martin Luther King, otros airosos ganadores del premio. Hoy en día, no considero que hubiera estado del todo mal aunque tampoco me apostaría en una pelea de argumentos.

Padres de la historia como Martin Luther King, convirtieron los espacios de recreación en los que vivían en espacios de política. Crearon sus propias plataformas y se convirtieron en jueces de sus oportunidades. Su capacidad de hacer de sus causas una plataforma para el ejercicio del poder, los llevó a donde todos sabemos.

Al Gore ha viajado alrededor del mundo con el propósito de concientizar a las personas en la inminencia del cambio climático. Según entiendo, repite una y otra vez los hallazgos y las pruebas de la gravedad de las alzas en la temperatura media del planeta. Al Gore ha sido llamado el mayor mentiroso de América. Se ha postulado a la presidencia de los Estados Unidos y ha sido senador y diputado por el partido demócrata. Al Gore nos ha intentado decir que el planeta y todo lo vivo junto a él, caduca. Que los casquetes polares están derritiéndose y que el nivel del mar está sobrepasando la media.

Más allá de las pruebas, creo profundamente en los dejes de su pasión. Esta confiándonos la verdad y las historia de éxito son casi siempre historias de gente que siente pasión.

Hasta hace poco, entendía del cambio climático solo lo que se aprende en la escuela, y ni el Fenómeno del Niño ni el de la Niña me quedaban claros. Ver a Al Gore, sobre la plataforma de sus acciones y espacios, me hizo sentir conmovida. Convirtió sus espacios de poder en oportunidades para nosotros.

Lo que él está trabajando no es la detención abrupta de la codicia de los grandes empresarios que lucran a costilla del planeta. Es la verdad, la propagación de la causa, la idea de que esta tierra no es medio, es fin.

Ojalá puedan confiar en él con la misma expectativa con la que confia en nosotros.

*Al Gore ganó el Premio Nobel de la Paz en el 2007 junto a el IPCC “por sus esfuerzos para construir y difundir un mayor conocimiento sobre el cambio climático”.