Impredecible

Ya me he dado cuenta de que nada está saliendo cómo yo esperaba, así que ahora me aferró a la idea de que tú, realmente seas quien yo no creo.

Pareciese como si de repente, toda la vida estuviese fuera de mi control. Como si las cosas estuviesen planeadas para salir “mal”. Y la verdad es que no han salido mal, solo no están saliendo como yo quería. Imagínate lo que es eso para alguien como yo, gente loca, pues.

Así que, dado que la vida misma está dispuesta a probarme equivocada, solo la idea de ti me provee el alivio que deseo, porque solo el hecho de que tú no seas quien yo esperaba me produce inaudito confort.

En consecuencia, las tardes como ésta, profundamente aburridas y convencionales, las ánimo siempre con los recuerdos que guardo de las tardes en las que te he visto. Con el regocijo incrédulo de cómo las cosas no fueron lo que yo esperaba, o con la ternura que me genera pensar en la forma en que te ríes de las cosas que viviste, o simplemente,

Pero, lo cierto es que rara vez pienso en ti como una persona completa. Jamás me he mirado en tus ojos, y no recuerdo haber sentido latir tu corazón cuando posé mi mano sobre tu pecho, es más, ni siquiera recuerdo haber posado mi mano sobre tu pecho.

Aun así, pienso en la persona que armé de ti con frecuencia. Y en cómo, cuando quise cautivarte con un montón de estrellas juntas, me cautivaste tú con un planeta por colonizar. Literalmente.

La verdad es que quería decirte que lo había visto, que tenías razón, que sí es posible ver Marte a simple vista y que brillaba mucho, mucho más de lo que yo esperaba. Pero no tenía caso, porque tú y yo no somos amigos, y mandarte un mensaje de la nada para hablarte de un planeta más cercano a la Tierra de lo que estamos tú y yo, era una idea estúpida.

Quizás te lo mencione algún día, o tal vez incluso llegues a leerlo aquí mismo, sea como sea, la verdad es que sólo estoy aburrida.

Spice up my life, please.

También creo que es buen momento para pedirte perdón, por haberme permitido herir tus sentimientos sin reparo.

Y ahora, días después de haber escrito mis sentimientos anteriores, ahora sé que tú también me quieres. Que tú también te has sorprendido quizás, solo un poco, enamorado de mí.

Decídete a quererme.