Más clavado estaba Cristo, y se bajó de la cruz

Como cualquier persona loca, sé que ya has seguido adelante. Y la clave de esta frase es el “ya”, como indicando “por fin”, señalando ante todo que has seguido adelante después de que no pudimos quedarnos juntos.

Además, se entiende del “ya”, muy claramente, la exclusión de mi yo, porque yo no he podido. La verdad es que no sé por qué, ni cuando llegará el dulce alivio de saber el recuerdo de ti como algo insignificante, sin valor.

No tiene que ver con que mi vida esté vacía y sin rumbo, porque a pesar de truculenta, está llena de emociones que cada día me recuerdan que soy una persona feliz. Está llena de momentos en los que las personas a mi alrededor reconocen y validan el amor que les doy, me miran con ojos honestos no solo para validarme, sino para corresponderme.

Está llena de niños que gritan y corren, de días que empiezan a las 4, y desde la ultima vez que nos vimos, de Dios.

Nunca fui una persona de fe, y una de mis amigas se ha tomado la libertad de cuestionar su validez debido al timing en el que se ha presentado, pero no tengo dudas. Cuando GG me dijo que Dios todo lo permite, le creí porque podía.

Mi vida sí ha seguido adelante, pero a veces me pregunto si alguna porción de mi está atrapada en algún fragmento del pasado, que hoy en día, after all this time, la tiene de rehén. ¿Qué debo hacer para que me la ofrezcas de regreso?

¿Cuál es el precio de un futuro en el que no me agobies más?

No te preocupes, tu has hecho todo bien. De hecho, te debo todavía las gracias por haberte retirado cuando te lo pedí, por no haber vuelto más, por haber cambiado tus tiempos para que no chocasen con los míos todos los miércoles en las mañanas. Me gusta pretender que yo no cambié los míos porque no podía, pero honestamente, no cambie los míos porque cruzar mirada contigo tres minutos me producía una satisfacción muy leve.

A continuación, una miscelánea de mis sentimientos:

Ya no te extraño ni te pienso nunca, ya ni siquiera creo quererte. Y tú dirás “pero estas escribiéndome esto”, y no, este Monsplaining no es para ti, este es de los míos, de los que explican lo que yo siento, de los que hablan lo que no digo.

Aunque no te extrañe ni te quiera más, he tomado cada momento que se me ha presentado para pensar en ti y las cosas que tu haces y las cosas que no estas viviendo conmigo. Para contarte a través del viento, todo sobre los niños, las cosas que hacen, las cosas que dicen, los momentos tan prometedores en que me han tomado la mano y me han llevado a recorrer todas sus vidas, figurativamente hablando.

Me has arrebatado la calma mil veces, o así me gusta pensarlo, hasta que de nuevo caigo en esta red de manitas que me atrapan y me estrujan y me gritan, hasta que de nuevo me topo con Will y sus chistes tan ridículos, y su fe en mi tan grande que me aplasta los hombros. Lo cierto es que no estoy sola nunca y, aun así, parece que me faltas tu.

¿Qué de ti puede hacerme falta?

The 1

I’ll try and focus my attention on writing about someone else.

Someone that is not you,

Someone that listens,

Someone who remembers,

An actual golden retriever, the closest thing to a real-life Ted Lasso.

Someone completely unavailable, though, but for whom I care very deeply.

And the thing is, I don’t quite care whether he is available or not, I am pretty capable of appreciateing his kindness just from afar. Intimately but not intimately.

Intimate enough to talk about anything, to appreciate the silence, to let the days go.

Intimate enough to carefully curate the memes I will send him, and to inadvertently perceive he is curating mine’s too.

Intimate as to not really worry of whether his opinion of me will change as we dig deeper into each other.

Just a couple of pals,

A fun lad.

An educated lad, someone I would never say was raised by the monkeys,

Someone I would call if my tire were ever flat and I am left stranded in the middle of nowhere,

Someone I know I won’t call when my tire eventually flattens because I won’t dare to

A respectful lad.

For you, there’s not much more to say,

I miss you occasionally, you are still stopping me from moving on from you, and it’s not you,

It’s just the memories,

The life we didn’t get to live.

And the half-living this life vicariously next to someone who is also expecting me to listen,

Someone who expects me to remember,

Someone for whom I am also

A fun lad.

I will proceed now to lay low, to care for our friendship,

So our intimacy doesn’t surpass the limits we know made us work.

So we can still blow off some steam by the end of the year by just consuming the most unhinged Tik Tok vids.

I have chosen you, but it quite seems like someone else chose you not, but him.

La calma

Un Fuera de foco, aunque entretenido, jamás pondrá en palabras la verdadera vida.

Lo que fue contar contigo siempre.

Todas las veces que me dijiste adiós, aunque no querías.

La certeza del amor: La calma.

Feliz cumpleaños.

Yo creo que yo, ya no me recupero nunca porque, aunque ahora rara vez pienso en ti, toda mi vida gira en torno al vacío que dejaste.

Y me ha hecho mal. Esta casa está vacía y está casa vacía, soy yo.

Pareciese como si no fuese a existir de nuevo alguna vez, una casa llena, como lo fuiste tú, siempre.

Ahora, espero que exista un Cielo y un Dios, y que él haya sabido compensarte por las cosas que viviste. Y que tu nueva casa sea siempre la calma, la certeza de una vida eterna.

Sé que yo lo hubiera hecho.

Porque sé que tú lo merecías.

No tengo más palabras, porque es tanto lo que quiero decirte que nada más no me sale nada.

«Yo lo que no entiendo es por qué si mi papá fue tan bueno, está sufriendo tanto»

Homeless, ¿heartless?

Cuando me mude a mi actual casa, la llamaba siempre la casa de alguien más, rara vez invitaba a mis amistades, y mucho menos la proponía como sede de sesiones de estudio. Lo que pasa es que, cuando yo llegué, algunas personas a mi alrededor se empeñaron en hacerme sentir que esa no era mi casa, entonces les escuché y entendí, después de meses, que realmente no lo era.

Yo sabía muy bien cuál era mi casa, y recuerdo que en los días en que me sentía profundamente triste, conducía para allá y me dormía sola, en el cuarto que alguna vez fue mío. Veía la televisión, me acostaba en las mismas sábanas que mi familia me había comprado, abrazaba las mismas almohadas.

Y me convencía a mí misma de que allí era donde estaba el corazón, mi corazón. 

Un día las cosas se complicaron para nosotros, quienes vivíamos en la casa, y formamos un vínculo muy cercano, pero efímero, porque a pesar de que yo sentí que era real, lo cierto es que era solo hasta que él pudiese recuperarse para seguir adelante, sin mí. Así que durante un tiempo la casa fue nuestra casa, pero después, fue solo su casa de nuevo.

Entonces tomé mi corazón, y lo puse devuelta donde siempre perteneció, en la casa que me vio crecer, espacio bendito para mis recuerdos, lleno de la alegría de la gente que realmente me amó. Lleno de las veces en que me acompañaron, los días en que peleamos, las noches en que, con una almohada sobre la cabeza, mi abuelo me sugería que pidiéramos una pizza.

Casa es donde está el corazón, y mi corazón definitivamente estaba allá, atrapado en el recuerdo de un pasado glorioso que nos arrebató el narcotráfico, el crimen organizado.

Hace dos años, mis abuelos se mudaron a Mérida para que él pudiera recibir tratamiento contra el cáncer, y, con mucho cuidado, quizás por miedo a que me negara, me pidieron que los ayudara llevándolos al doctor, a la clínica, al súper. Por supuesto que les dije que sí, y para ahorrar tiempos, me fui a vivir con ellos a la casa en que me dormía sola cuando estaba triste.

Fui muy feliz.

Mi corazón estaba en ellos.

Una de mis amigas me preguntó cómo me curé de la tristeza, y le dije que no sabía, que solo había dejado de sentirla cuando ellos llegaron.

Metimos tres corazones en una casa con un solo baño.

Pero pasado un tiempo, y después de mucho esfuerzo, mi abuelo se murió y mi abuela se fue, a la tierra prometida: nuestra casa. Y me quedé sola, homeless de nuevo, heartless, sobretodo.

Desconozco si volveré a sentirme en casa, no tengo idea del paradero actual de mi corazón, no sé cuántas canciones más van a entristecerme, ni cuántos días más de no hablarnos mientras desayunamos aguantaré, pero cada vez me siento más cerca de irme a donde ya no me duela.

De volver a casa.

Miscelánea de emociones

Ayer por primera vez cuando iba en el auto y sonó La Canción, pensé en alguien que no eras tú.

«Recuerdo el día en que te conocí, tu sonrisa después de decir que sí»

A veces las personas en las que confiamos no son las correctas.

«Hay heridas que no sanan de la noche a la mañana»

No entiendo por qué no intervenir por mí. Yo sí intervine por ti.

«Devuélveme mi corazón, aunque sea en pedazos»

Hace días que bajo los nueve círculos buscando a Beatriz, y hace días que tú sabes que ella es, tal vez solo un monstruo que espera verme caer. ¿Por qué no has intervenido por mí?

¿Por qué me has abandonado?

Hace tiempo que sé que no cabemos los dos en lo que nunca fue nuestro hogar, pero, ¿por qué me dejarías morir de repente?

He notado que las cosas ya no son como antes, y me pregunto constantemente si antes fueron distintas, pero no lo fueron.

Había creído que era ella, quien todo lo ponía fuera de balance, pero no es así

It is you calling the shots.

The blood I will bleed.

It is you.

Ojalá hubieras sido tú, y estuviésemos viéndonos a los ojos, con todas las respuestas de las cosas que nunca fueron.

«Y no sé si tus ojos ya se olvidaron de mi»

Y saliéramos por las noches,

Y lloráramos todo el día el peso de una vida insufrible, pero llena.

Al final, he vuelto a pensar en ti cuando escucho La Canción.

Estuve bien antes, y ahora ya no.

Do you ever think about me?

Me quedé cerquísima de no pensarte nunca más.

«Ya me cansé»

La verdad es que no espero por ti, espero por la certeza de que lo que he vivido, no es lo más grandioso que voy a vivir.

Ahora, preferiría haberte elegido por malo conocido,

no había nada bueno por conocer.

Beatriz

Pasé un buen rato de la mañana viendo videos en Tik Tok y ahí me encontré una frase que supuestamente es de Tres metros sobre el cielo. Me dejé llevar tanto por el momento que vi el video como cinco veces con la frase repitiéndose una y otra vez. No me quedan dudas de por qué Tres metros sobre el cielo dominó el 2012. Todo era muy irreal, como que el mundo se iba a acabar ese año. 

2012 fue el año que cambió mi vida, y me estoy dando cuenta apenas ahora. Si hubiera tenido Spotify, mi canción del año hubiera sido Forever Young, pero la versión de Alphaville y no la de Jay Z. Ese verano viajé por el mundo, después volví a casa unas dos o tres semanas y después me fui, de forma que ahora parece, para siempre. 

Había un video en particular en YouTube que disfrutaba mucho ver y eran muchas escenas de 3MSC superpuestas con Forever Young sonando de fondo. Nunca me acorde si la canción realmente salía en la película.

Ver ese Tik Tok me hizo pensar en todas las emociones que no había vivido. Y nuevamente, como si de Call me by your name se tratara, pensé “¿y que viene después?” 

Nada. 

Yo creo que nada. 

La vida te deja infatuado y te pasas los años que vienen buscando a Penélope Cruz in every other woman. 

Yo no sé qué estoy buscando, y tal vez muchas personas tampoco, pero me gusta que la cultura y el amor nos den siempre pistas de a quién busca otra gente. Danny Ocean busca al amor que dejó en su país cuando se fue para grabar con la disquera. Babi y H se buscan mutuamente, incluso Dante busca a Beatriz, ella a quien no se escoge.

Pero no todas las personas anhelan amores del pasado, algunas de ellas no desean ser encontradas. Eso era lo que decía el video, si alguna vez me extrañas y decides buscarme, espero que no me encuentres. 

Algunos amores son muy dolorosos. ¿Sería mejor que Elio y Oliver jamás se reencontrarán? 

No sé si temo o anhelo el momento en que por fin sepa a quién voy a dedicarle Me rehúso, temo que después de algo tan increíble, ya nada pueda comparársele, pero espero el momento justo antes,

cuando una lluvia inesperada me cale los huesos saliendo de un concierto.

_

Esto es para ti, sé que estás leyéndome. 

Farewell

Siempre me ha gustado febrero. Opino que tiene un nombre bonito. San Valentín cae en febrero, mi mamá cumple años en febrero, mis abuelos celebraban su aniversario en febrero.

Febrero, febrero.

Este febrero me fue muy mal, no porque antes me haya ido mejor, simplemente, mal.

«Si esto no me ha partido, ya no me partiré… nunca»

Después de la muerte de mi abuelo, a quien amaba mucho, recibí un correo de la Universidad de Cambridge en el que me decían que me habían aceptado para estudiar un master.

Me querían.

Había pensando mil veces en qué haría cuando lo supiera, cuando el correo por fin llegara, pero ese día ya no supe, qué hacer o cómo sentirme. Recuerdo que mi mamá me dijo: “ya ves, todo llega a su tiempo”. Pero no era así, solo llegan las cosas que buscas, a veces la vida simplemente, no pasa.

Yo sabía que iban a aceptarme desde que abrí mi portal de aplicantes y vi que decía “awaiting approval by GAO”. Le conté a mi abue en sus últimos días que me habían realizado una entrevista, que probablemente sí me aceptarían.

La entrevista fue para decirme que mi universidad no tenía renombre. Y yo lo sabía, lo había sabido siempre porque soy una persona muy snob, claramente ellos también. Como pude les dije cosas sobre la universidad que no la hacían parecer tan mala, pero siendo honestos no tenía la info suficiente.

No muchas personas saben que entré aunque siempre imaginé que sería una gran noticia, que iríamos todos a cenar o algo así, pero la verdad es que, mi abue ya no está y entonces, no podemos ir todos a cenar.

«I still really, really love you, yes I do»

Un lunes antes le estaba diciendo a mi abuelo que lo amaba mucho por última vez, creo que es bueno que el correo no haya llegado antes porque entonces quizás le habría dicho algo distinto.

Hace tres semanas estaba tratando de cubrir cada arista de la idea de mi yéndome a estudiar, el idioma, el alojamiento, el college, la beca. Sentía que debía resolver todo tan pronto y luego, llegó el COVID. Ahora nada de eso importa, todo parece estar en una pausa indefinida, y primero sentí calma, pero ahora sé que debo hacerme a la idea de que tal vez, no pueda irme.

Esto no es sobre el COVID, es sobre cómo la cosas realmente no se detuvieron y siguen su curso desde casa. La mayor parte de las becas internacionales que ofrece el Cambridge Trust ya fueron otorgadas, y yo no me he ganado ninguna. Tampoco creo tener muchas posibilidades de ganar alguna.

Quizás debí esperar y aplicar cuando fuese una candidata más competitiva o tal vez debí trabajar más cuando estaba estudiando, de cualquier manera, ahora ya no hay vuelta atrás. Planeaba escribir un texto como este cuando tuviese certeza de que iría o no iría, pero soy una persona muy desesperada, y la cuarentena me tiene cansada.

Hace una semana leí un post que decía “you gotta keep chasing the money”, no sé si estoy esforzándome lo suficiente en mi búsqueda por financiamiento, puede que no, y honestamente, ahora poder ir a Cambridge parece tan alcanzable y casi aburrido que creo que he perdido interés.

Hace diez años cuando iba en secundaria, este momento hubiera llenado mi vida por completo, pero ahora creo que ya, nada alcanza.

«¿Acaso voy cayendo?»

Sobre la vez que me golpeó un tren

Hace tiempo que me he dedicado a evitar conflictos y confrontaciones, a esperar a que la vida pase. Y con la vida solo me refiero a algo tan increíble que sea como una ignición, irreversible y abrasadora.

Por eso la otra noche cuando me vi en la oportunidad, sentí mucha emoción. Pero fue un error, después de unos cinco minutos me di cuenta de que eso que estaba llegando no eran chispas de una explosión, era un tren que sin pensarlo, iba a arrollarme a toda velocidad.

No diré que quise quitarme porque no fue así. Estaba ahí, esperando, parada. “Debiste quitarte” me dicen las personas. Pero yo estaba muy nerviosa, no se me ocurre nada mas que la expectativa de saber qué pasaba que hubiera podido mantenerme al filo de la navaja durante tanto tiempo.

Cuando todo por fin terminó, me retire a intentar darme cuenta de que la vida no iba a pasar ahí. No durante tres semanas y no en mucho tiempo. Hable lo que pude y describí los detalles de como el tren había decidido arrollarme aun cuando le dije que no estaba bien, y eso fue demoledor.

Yo había compartido en el Manual de Usos ese mismo día cómo yo sentía que no podía controlar el amor. Que era una locura, que me infatuaría. Que amaba el amor porque lo había visto. Que las relaciones afectivas tenían que ser siempre responsables y siempre éticas.

El tren siguió su curso, y como la teoría del tiempo, quizás si me hubiese quitado, el tren hubiese girado.

Los días que vinieron después se complicaron mas. Debes volver a salir, y andar con ambas piernas. Piensas siempre en como viste venir la locomotora y las luces te ponen ansioso.

El resto de las personas parecen incapaces de entender que un día estabas bien y después ya no. Esta no es la historia de una declaración de amor, es algo mas que en el terreno de lo que siento, no tiene cabida. Es el golpe de la irresponsabilidad de otro conductor, soy yo misma atrapada en el loophole de no tener las respuestas que espero.

No, no esperaba que dijeras que me amabas, esperaba que escucharas. Que pudieras entender que tenía el corazón a flor de piel y él, que es tan aferrado, no podía soportar el golpe de tu egoísmo.